El Mundo, 8 de mayo de 2017.- Los kilómetros de moqueta usados en los pasillos de los salones de los dos recintos de Fira de Barcelona llegan a través de una empresa de limpieza a los contenedores de GGR,  Gelabert Gestión de Residuos, y a su planta de residuo seco en el distrito económico de L’Hospitalet de Llobregat. Desbordada por toneladas de moquetas inservibles que resultarían contaminantes si se quemaran, GGR lanzó un desafío entre varios institutos del Baix Llobregat: ¿Qué se puede hacer con estos materiales? Dos estudiantes han recogido el guante. Noemí Lozano (22 años) y Laia Baryala (20) y han convertido el problema de la moqueta usada en un proyecto esperanzador: Fabricar mochilas que distribuirán en los campos de refugiados europeos.

Tiene una base de 30 centímetros. Incorpora una esterilla en su interior del mismo material, unas asas realizadas con los cinturones de un coche y un sistema que permite llevar a un niño pequeño en la espalda. «La idea se nos ha ocurrido tras haber visto en vídeos que los refugiados suelen ir cargados con bolsas», explican. «Así que queremos facilitarles el transporte de sus enseres y crear futuro para personas que lo están pasando muy mal».

Laia y Noemí son las autoras del proyecto Mochila 3R, denominado EUSAC (‘sac’, en árabe, es mochila) y que empiezan ya a mover en sus recién creados perfiles de redes sociales junto al lema From People to People. Van a envolver a muchas más personas y entidades. «Desde la Unión Europea a ONGs como Unicef o Save Our Children», afirman las emprendedoras con el gesto serio. «Es un proyecto con viabilidad. La moqueta es ligera. Permite movilidad. Y vamos a reducir el tamaño». También es muy barata: coste cero. Las estudiantes esperan confeccionar al menos 80 unidades que llegarán a sus destinatarios en 2018.

Las dos estudiantes recibieon una visita durante la celebración, hace unos días, en el Citilab de Cornellà de Llobregat, de los talleres de la aceleradora de proyectos innovadores desarrollados por alumnos de Formación Profesional del Baix Llobregat impulsados por Innobaix. La directora comercial de GGR, Eva Ros, les ha transmitido que está ilusionada con su iniciativa innovadora y humana. «Estaríamos encantados de seguir colaborando con su proyecto. Nos gusta mucho que una moqueta no se limite a llegar en forma de mochila a campos de refugiados sino que la elaboren personas en riesgo de exclusión social», afirma..

Nueve meses de trabajo hay tras la idea de la mochila. Los ayuntamientos de Gavà, L’Hospitalet, Sant Just Desvern y Sant Joan Despí están implicados junto a 12 institutos de esos y otros municipios en el proyecto impulsado por Innobaix, el Consell Comarcal del Baix Llobregat, el AMB e Induct, empresa consultora especializada en procesos de innovación que se encarga de la parte técnica del proyecto y acompaña a los alumnos de 14 equipos durante cuatro meses para desarrollar las ideas. Una de las responsables de Induct, Anna Moragas, explica que las tres jornadas intensas de aceleradora les permiten desarrollar el modelo de negocio, realizar el diseño, lanzar la marca y practicar la presentación de la idea: «El grupo de la mochila está esta mañana estructurando sus ideas para acabar de confeccionarla con la ayuda de un mentor y diseñador industrial».

Ver noticia original de Hector Marin, publicada en EL MUNDO: